Slumdog Millionaire. Ocho galardones en una noche, incluyendo el de mejor película y mejor director, convirtieron este drama británico dirigido por Danny Boyle en el claro ganador de la velada.
Ambientada en los suburbios de Mumbai, nos cuenta la historia de Jamal, un huérfano hindú que se presenta al concurso televisivo ¿Quién quiere ser milionario? para reencontrarse con Latika, el amor de su vida. Contra todo pronóstico del público y el equipo del programa, el joven llega hasta la última pregunta. Acusado de fraude, es detenido e interrogado por la policía índia, que no se explica como un “slumdog” (perro callejero) está a punto de convertirse en milionario. Sentado en el cuartelillo y después de palizas y humiliaciones por parte de los agentes, Jamal empieza a contar su historia. Cada uno de los oscuros capítulos de su pasado, desvela porqué sabía las respuestas de las preguntas, y vemos como curiosamente su miseria lo está conduciendo a la fortuna.
Una historia difícil de contar sin que parezca pastelosa y forzada. Danny Boyle lo logra a la perfección dándo al film su sello personal. Se trata sin duda de una crítica social que nos abre los ojos a la extrema pobreza y crueldad que sufren demasiados niños de los países en vías de desarrollo. La historia está construida a través de contínuos flashbacks que nos llevan del plató de televisión, a la comisaria y al pasado de Jamal. El director establece un paralelismo entre el diálogo del concursante con el presentador y el interrogatorio de la policía. Usando planos parecidos salta de un sitio a otro y compara el trato de desprecio que recibe tanto antes como después de su detención. Estas escenas denuncian las contínuas acusaciones a las que se ve sometido un simple “slumdog” por ser quien es.
Otra escena que demuestra claramente la inteción crítica de Boyle es el reclutamiento de los niños para su explotación como mendigos. Un jefe de la mafia encuentra a los chicos durmiendo, muertos de hambre y de sed, bajo unos escombros en un campo de chabolas destrozado. El hombre seduce a los niños con una cocacola. Aunque en la película no vemos la etiqueta de la botella, tanto el envase como su contenido se parecen sin duda a la cocacola, un detalle que no puede tratarse de una casualidad. Símbolo emblemático del capitalismo, con ello Boyle vincula la pobreza y la corrupción de un país tercermundista como la Índia al imperialismo cultural y económico practicado por Occidente.
En cuanto a la técnica, los planos de la película estan muy trabajados para transmitir la energía y la esencia de la ciudad y de la cultura hindú. Los colores del vestuario, el ambiente y los paisajes de las afueras de la ciudad logran unas imágenes que describen y a la vez son visualmente muy estéticas. El ritmo es acelerado tanto por los cambios de ubicación como por los movimientos de cámara y con esto consigue que el espectador no se aburra en ningún momento. Al principio del film el espectador sigue a Jamal y Salim por el campamento de chabolas cuando estos huyen de la policía. Este tramo de la película, al son de la banda sonora interpretada por A. R. Rahman y M.I.A, recuerda a un videoclip musical más que a una secuencia de un drama. Este acelado ritmo visual se corresponde con el de la música, que combina sonidos hindús tradicionales con animados ritmos modernos. Todo junto transmite al espectador la sensación de energía, miedo, estrés y descontrol que sufre Jamal y todos los que son como él.
El papel de los protagonistas (Jamal, Salim y Latika) es fundamental para acercar al espectador a la historia. Los actores hacen un trabajo fantástico. Incluso los más pequeños logran transmitir al espectador su pena y obtener a cambio su complicidad y compasión.
El final de la película no resulta nada sorprendente, en este caso Boyle le da al espectador lo que desa ver: un final feliz con baile al estilo Bollywood incluido. Unos ingredientes excelentes para dejar el buen sabor de boca y cerrar lo que la Academia ha considerado la mejor película del año.
Ostres! Tinc un dilema amb aquesta pel·lícula... He sentit moltes coses bones, però també moltes de dolentes; el Gorina la puntuava amb un 3!
ResponderEliminarSuposo que el millor que puc fer serà anar-la a veure... . D'altra banda, m'ha agradat molt la teva crítica jenny!