29.4.09

El retrato de la Duquesa de Devonshire

Título: The Duchess (La Duquesa)
Director: Saul Dibb
Género: Drama-romántica
Intérpretes: Keira Knightley, Ralph Fiennes, Charlotte Rampling, Dominic Cooper, Hayley Atwell, Simon McBurney, Aidan McArdle
Guión: Jeffrey Hatcher
País de origen: EEUU/UK
Duración: 110 minutos

La Duquesa cuenta la historia real de Georgina Spancer, una mujer carismática y popular inglesa casada con el Duque de Devonshire. Su vida social fue intensa relacionándose con el líder del partido liberal, Charles Grey. La Duquesa se verá envuelta en un triángulo amoroso formado por su marido, la que creía ser su mejor amiga, Lady Bless Foster, y la propia Georgina. Durante el film la protagonista intentará encontrar el amor verdadero como su descendiente Diana de Gales quien también fue una mujer fascinante y un icono de la moda siendo poco afortunada en el amor.
Nos encontramos ante un film con una narración rápida, acelerada por los diversos flashforward, es decir, un montaje de tiempos alterados hacia delante. El director, Saul Dibb, ha sabido repartir durante los 110 minutos de la cinta cada uno de los puntos fuertes de la trama: la noche de bodas, los embarazos, las infidelidades, el principio y el fin de la amistad entre Georgina y Lady Foster (Charlotte Rampling). El espectador en ningún momento cae en el aburrimiento, aunque podría parecer lo contrario al ser un film de época con un vocabulario espeso. El film gana en narración más que por montaje. Sin embargo el final es uno de los puntos fuertes. Los últimos dos minutos de la película describen a través de subtítulos como fue la vida de los diversos personajes hasta el fin de sus días. Es raro ver hoy en día este tipo de final tan inesperado y sencillo, por eso es un punto a favor para recordar el film.

Keira Knightley ha sabido interpretar con soltura el personaje de Georgina Spencer. Ya la hemos podido ver en otros largometrajes de época como Orgullo y Prejuicio (2005). A pesar de ello no nos hemos podido sentir identificados con el personaje quizás por la poca profundidad con la que se trata cada uno de los temas relacionados con Georgina. Una de las escenas con más intensidad es el momento en el que la Duquesa se ve obligada a abandonar a su hija, Eliza, con los familiares de su amante, Charles Grey (Dominic Cooper). También cabe destacar la excelente interpretación de Ralph Fiennes en el papel del frío y distante Duque de Devonshire. En cuanto a vestuario y ambientación son perfectos. Debido al gran presupuesto se han podido permitir unos vestidos de época bastante buenos, recreando el siglo a través de los grandes palacios y jardines propios de la nobleza. Además ayuda al espectador a conocer las costumbres de la época.


El espectador a través de la mirada de Georgina observa como evoluciona el personaje al igual que lo hace el tiempo en el cual se encuentra: Los inicios de laRevolución Industrial y las revoluciones liberales por todo el viejo continente. En las escenas en que suceden los diferentes eventos sociales de los duques, podemos ver como los políticos del partido liberal hablan del sufragio universal. “Si se es libre se es libre”, con estas palabras tan rotundas la duquesa contestaba al líder del partido liberal inglés, Charles Grey. La mujer comienza a expresar libremente su ideología. En el film se denuncia el reaccionarismo paternalista (tal y como afirman las teorías feministas) de esta época y el estereotipo de mujer objeto, utilizada para ser madre, y en este caso también compañera de eventos sociales. Georgina es una mujer atípica para su tiempo, adorada por el pueblo, buena madre y muy inteligente. En pocas palabras la podríamos describir como la heroína del film a pesar de no obtener victoria en el amor.
En un principio el film se ha vendido como la película de la antepasada de Diana de Gales, como las dos vidas en diferentes épocas guardan una similitud, coinciden en los diferentes hechos de sus vidas, sobre todo en el ámbito sentimental. Dos mujeres con personalidad y popularidad pero con amores no correspondidos. Sin embargo a la salida del cine la visión es diferente. No recordamos a Georgina, Duquesa de Devonshire, como descendiente de la princesa Diana, si no como una mujer que expresaba sus pensamientos, adelantada a su época y con ideales liberales. La película es buena, pero quizás el director ha pecado de intentar contar toda la vida de este personaje en poco tiempo sin poder profundizar en cada uno de los momentos importantes.


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