"Los rojos también tenemos derecho a la vida". Con esta frase Juan y los otros miembros de la FAE salían de la zapatería que acababan de atracar y huían calle abajo. Poco después serían detenidos por la policía del régimen al cual le sobraban escusas para afusilar a los culpables y privarle a Carla Subirana la oportunidad de ponerle rostro a su abuelo. Una víctima más que caía a manos de la dictadura, otra familia salpicada por las tragedias de la historia española y un gran silencio que, de ese momento en adelante, ocuparía su lugar. Años después su nieta Carla convertirá la búsqueda de la verdad sobre Juan en su proyecto persona y lo proyectará en cines alrededor de todo el mundo. La Caixafòrum de Tarragona nos dió la oportunidad de conocerlo el pasado 27 de abril.
Este documental autobiográfico arranca con una secuencia de Carla fuera de una piscina, probando el agua con los dedos de los pies, primero uno, luego el otro. Pasan unos segundos y finalmente se lanza de cabeza, dispuesta a avanzar por el agua y descubrir la verdad sobre su pasado. Sin saber qué respuestas va a encontrar, emprende un viaje por su pasado, para encontrar la verdad sobre ella misma. El valor de Carla no deja de sorprendernos a lo largo de la película. El abuelo muere afusilado antes de que nazca su madre y el padre de Carla se desentiende de ellas. La familia de Carla queda formada por su abuela, su madre y ella, tres mujeres fuertes que han crecido sin una figura masculina y con muchas preguntas.
Nedar es una apuesta interesante, diferente. Ofrece una visión femenina y muy personal de la vida de las personas. Carla no solo nos habla de su caso, habla de secretos, de tiempos difíciles, de la distorsión de la realidad con el paso del tiempo y de el encontrarse a uno mismo. La directora es a la vez protagonista del largometraje. Nos acompaña como voz en off que aclara y reflexiona y también se coloca delante de la cámara interpretándose a ella misma junto a su familia y conocidos. Se moja completamente, y creo que este es el secreto del éxito de Nedar.
Construye la obra a partir de entrevistas a personas cercanas, imágenes recurso de su abuela Leonor grabadas de forma casera, e imágenes de los sitios donde Carla se desplaza para adelantar en su investigación. Combina ficción con documental, alejándola del prototipo clásico. No se trata de una lección de historia sobre la importancia de la memoria histórica. Nedar transciente cuestiones políticas e invita a la reflexión sobre el ser humano, sobre lo que sabemos, lo que no sabemos y como nos relacionamos con esta "realidad". Se trata de un documental performativo, ella ocupa el centro del objectivo de la cámara y a la vez dirije el enfoque de esta. Carga la película de su estilo propio pero sin que se pierda el interés de los temas tratados.
Podemos encontrar elementos para considerarla perteneciente a las corrientes feministas. La película está dirigida por una mujer, la mirada la vehicula ella. Mientras que casi todos los documentales relacionados con la Guerra Civil hablan de los soldados, de los hombres, los héroes que lucharon por sus creencias y sufrieron, Nedar se centra en el impacto que tuvo este hecho histórico en mujeres, en concreto las de su familia.
No es una apología de la memoria histórica, en realidad a medida que avanzan las escenas, el abuelo de Carla queda cada vez más desmitificado. La falsa memoria que ha creado de él a raíz del silencio, las dudas y las suposiciones y que ha plasmado en imágenes fictícias de desconocidos que recuerdan a alguna escena de Casablanca, se ve desmantelada un poco por revelaciones que tiene. No era quien ella creía. La distrorsión de la realidad simboliza a pequeña escala el alzheimer social que hay respeto a la dictadura y esto también lo intuimos al ver a un Abel Paz (exactivista anarquista) cabreado, resentido y resignado con el mundo.
La madre de Carla padece la enfermedad de Alzheimer y en las secuencias en que Carla hace ejercicios mentales para ayudarla a recordar, lo que está haciendo la directora es converitir la pantalla en un espejo y recordarnos que en muchas familias quedan "armarios desordenados" por recolocar.
Este documental autobiográfico arranca con una secuencia de Carla fuera de una piscina, probando el agua con los dedos de los pies, primero uno, luego el otro. Pasan unos segundos y finalmente se lanza de cabeza, dispuesta a avanzar por el agua y descubrir la verdad sobre su pasado. Sin saber qué respuestas va a encontrar, emprende un viaje por su pasado, para encontrar la verdad sobre ella misma. El valor de Carla no deja de sorprendernos a lo largo de la película. El abuelo muere afusilado antes de que nazca su madre y el padre de Carla se desentiende de ellas. La familia de Carla queda formada por su abuela, su madre y ella, tres mujeres fuertes que han crecido sin una figura masculina y con muchas preguntas.
Nedar es una apuesta interesante, diferente. Ofrece una visión femenina y muy personal de la vida de las personas. Carla no solo nos habla de su caso, habla de secretos, de tiempos difíciles, de la distorsión de la realidad con el paso del tiempo y de el encontrarse a uno mismo. La directora es a la vez protagonista del largometraje. Nos acompaña como voz en off que aclara y reflexiona y también se coloca delante de la cámara interpretándose a ella misma junto a su familia y conocidos. Se moja completamente, y creo que este es el secreto del éxito de Nedar.
Construye la obra a partir de entrevistas a personas cercanas, imágenes recurso de su abuela Leonor grabadas de forma casera, e imágenes de los sitios donde Carla se desplaza para adelantar en su investigación. Combina ficción con documental, alejándola del prototipo clásico. No se trata de una lección de historia sobre la importancia de la memoria histórica. Nedar transciente cuestiones políticas e invita a la reflexión sobre el ser humano, sobre lo que sabemos, lo que no sabemos y como nos relacionamos con esta "realidad". Se trata de un documental performativo, ella ocupa el centro del objectivo de la cámara y a la vez dirije el enfoque de esta. Carga la película de su estilo propio pero sin que se pierda el interés de los temas tratados.
Podemos encontrar elementos para considerarla perteneciente a las corrientes feministas. La película está dirigida por una mujer, la mirada la vehicula ella. Mientras que casi todos los documentales relacionados con la Guerra Civil hablan de los soldados, de los hombres, los héroes que lucharon por sus creencias y sufrieron, Nedar se centra en el impacto que tuvo este hecho histórico en mujeres, en concreto las de su familia.
No es una apología de la memoria histórica, en realidad a medida que avanzan las escenas, el abuelo de Carla queda cada vez más desmitificado. La falsa memoria que ha creado de él a raíz del silencio, las dudas y las suposiciones y que ha plasmado en imágenes fictícias de desconocidos que recuerdan a alguna escena de Casablanca, se ve desmantelada un poco por revelaciones que tiene. No era quien ella creía. La distrorsión de la realidad simboliza a pequeña escala el alzheimer social que hay respeto a la dictadura y esto también lo intuimos al ver a un Abel Paz (exactivista anarquista) cabreado, resentido y resignado con el mundo.
La madre de Carla padece la enfermedad de Alzheimer y en las secuencias en que Carla hace ejercicios mentales para ayudarla a recordar, lo que está haciendo la directora es converitir la pantalla en un espejo y recordarnos que en muchas familias quedan "armarios desordenados" por recolocar.
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